Las técnicas manipulativas indoloras están pensadas para personas que sufren dolores crónicos e intensos, llegando a imposibilitar su rutina diaria.
En estos casos, recurriré a la Técnica Bowen, que trabaja directamente a nivel fascial (la fascia es la responsable de la transmisión de los impulsos nerviosos entre las terminaciones nerviosas de los músculos y el cerebro). Esto es importante porque es en la fascia donde el impulso nervioso se transforma en dolor. Trabajando el impulso de relajación en los tejidos musculares y fasciales, damos orden al sistema nervioso autónomo de relajarse o desconectar, recuperando de este modo un mayor grado de elasticidad, que repercute en el músculo rebajando así dureza, tensión y dolor. Lo que la persona siente, es un gran alivio y sensación de haber dormido profundamente y se siente vital.
